Iba caminando por la calle con un amigo muy cercano, yo vestía como siempre con playera y jeans con el pelo apenas peinado y la cara sin gota de nada, un chico de 19 años común, mi amigo bestia sus pantalones ajustadísimos una una playera azul y un chaleco, además traía el pelo planchado con el mechón del copete teñido de rojo, los ojos pintados y las mejillas cubiertas de rubor mi amigo es lo que los Homofóbicos llaman afeminado, total, caminábamos tranquilamente por la calle cuando de repente un auto paso a gran velocidad delante de nosotros, dentro del auto un grupo de sujetos nos gritaron consignas como putos!, maricones!, jotos, etc, acompañadas de señales con la mano, la temperatura de mi cuerpo subió de inmediato y mi reacción primaria fue levantar la mano e insultar con mi dedo a esos idiotas, estaba sumamente furioso, voltee a ver a mi amigo esperando una reacción de enojo, pero no, se encontraba totalmente tranquilo, me miro y me dijo no exageres no es para tanto, a lo que respondí claro que es “para tanto” esos idiotas casi nos arrollan además de toda la bola de insultos, mi amigo respondió “pues yo ya estoy acostumbrado”
Hay dos formas de vivir una vida gay en Durango, escondido o no escondidos, la mayoría de los que deciden vivir una vida “Fuera de “no escondidos” o comúnmente llamada del closet” sufren habitualmente la discriminación por prácticamente todos inclusive por los que viven “escondidos” o comúnmente llamados “de closet” y generalmente son sacados del closet en contra de su voluntad, ya sea por que son afeminados o sufrieron la traición de una persona en la que depositaron su confianza. Por otro lado, los que viven dentro del armario solo revelan su orientación sexual a las personas de mayor confianza y las familiares mas cercanos, en la mayoría de los casos no lo sabe nadie, entre ellos son comunes los encuentros sexuales rápidos, o fajes, sus relaciones de noviazgo son cortas y viven la mayoría del tiempo con el miedo a ser descubiertos, evitan cualquier comportamiento que los pueda delatarlos y se alejan lo mayormente posible de los demás homosexuales por miedo a que estos los descubran.
No pensé que pudiera acostumbrarme a recibir insultos y agresiones por causa de mi orientación sexual pero ese día me di cuenta de que lo hago, en las platicas con mis amigos cuando contaban sus chistes homofóbicos, cuando llamaban joto a otra persona, cuando de broma insulte a otro homosexual, cuando me burle de otro homosexual, cuando negaba a toda costa mi orientación, cuando cerré la boca y no defendí mi condición, soportaba el peor de los insultos y no solo eso, me acostumbre a el, al igual que mi amigo Me acostumbre.